Algunas certezas. Parte II Soliloquios de cumple

Fui mamá de dos hijos y parí unos cuantos emprendimientos.
Conocí 4 continentes y encontré mi lugar en el campo.
Reí muchísimo, pero también lloré y grité bastante.
Mi hija me enseñó a jugar y ya no pude dejar de hacerlo.
Tengo un título universitario que quiere salir de la bolsa en la que está
guardado.

Hubo personas que me aconpañaron durante todos éstos años, muchas se
fueron incorporando en distintos momentos y  algunas por suerte fueron
perdiéndose en el camino.
Hubo viajes a lugares  muy lejanos y mudanzas muy cercanas, que se hicieron caminando.


Aprendí todos los secretos de mi abuela para hacer las costuras más perfectas
que puedan existir, sin embargo no sigo ninguno de sus consejos.
Aprendí:
   palabras en los idiomas más extraños,
   los nombres de todos los dinosaurios que alguna vez existieron sobre la   
   tierra,
   la biografía no autorizada de One Direction;
todo casi sin darme cuenta.
Aprendí a impermeabilizar terrazas ( no del todo bien ), a pintar paredes y me
animo a cambiar el flexible de la pileta.
Aprendí a tejer al crochet luego de intentarlo  varios inviernos pero nunca
pude aprender a jugar al truco.

Todavía no me animo a usar el taladro ni a manejar, ni a salir tranquila de noche.

Extraño las conversaciones de trasnoche con Mariela con soda y alfajores.
Extraño a mi abuelo y no hay un solo día que pase sin pensar en lo maravilloso
que hubiera sido  que mis hijos lo conozcan.
Extraño salir a caminar con mi papá.
Jamás logré que una tarta me salga tan rica como le sale a mi mamá, pero no
pierdo las esperanzas.


Descubrí un amor infinito al mirar a mis hijos por primera vez, que me sigue
conmoviendo día a día al ver sus sonrisas.
Descubrí lo lindo que es dormirme de la mano de mi marido.
Descubrí que me gustaban los  tomates, las manzanas y las lentejas no hace
mucho tiempo.
Descubrí que mis hermanas son dos personas increíbles y es hermoso que
estemos las tres juntas.
Descubrí que jamás me voy a cansar de comer dulce de leche o milanesas o
empanadas de lo que sea.

Tejí metros y metros de lana que se conviertieron en mantas y bufandas para
todos aquellos que quiero.
Perdí paraguas, pullovers y la SUBE
Me robaron anillos, plata, valijas; duros momentos que me enseñaron a ir más
liviana por la vida.
Me encontré repisas, cajoncitos y valijas en esquinas amigables y volquetes
copados.


Descubrí que animarse es lo que te posibilita todo, pero la mayoría de las veces
cuesta y cómo cuesta.
Descubrí que todos los días se puede empezar  de cero otra vez.
Descubrí que la curiosidad puede ayudarme a encontrar mundos maravillosos.




¡ Feliz cumpleaños a mi !
Aquí algunos de los universos por los que  me paseo a diario